martes, 2 de mayo de 2023

EL PUNTO NEMO

Redactado y publicado por David Arbizu


En el océano Pacífico hay un lugar llamado “Punto Nemo” o “polo de inaccesibilidad”. De todos los océanos del planeta, esta zona concreta del Pacífico es la que está más alejada de cualquier tierra firme, de cualquier línea de costa. Se encuentra en el sur del océano, aproximadamente a 2.688 kilómetros de la isla Maher (Antártida) y prácticamente también a la misma distancia de varias islas pequeñas como la isla Chatham (Nueva Zelanda), la isla Ducie (Polinesia) y el archipiélago Campana (Chile).


El ingeniero croata-canadiense Hrvoje Lukatela descubrió este lugar en 1992 mediante un programa de geolocalización y en primer lugar lo nombró “Polo oceánico de inaccesibilidad”, pero con el tiempo ese nombre y descripción han quedado sustituidos por el de “Punto Nemo”, haciendo referencia al capitán Nemo de la novela “Veinte mil leguas de viaje submarino” de Julio Verne.

A nivel biológico, esta es la región menos activa de todos los océanos de la Tierra, es un espacio que casi no contiene vida debido a que se encuentra dentro de la corriente “Giro del Pacífico Sur”, una corriente circular que bloquea la entrada de aguas ricas en nutrientes que puedan llegar de otras regiones. Además, el Punto Nemo se encuentra en una de las zonas más internas de esta corriente, zonas que están tan lejos de cualquier línea de costa que las corrientes de aire que llegan no transportan partículas orgánicas desde la tierra, de manera que las aguas superficiales del Punto Nemo puede que sean de las más cristalinas del mundo pero también de las que menos vida contienen, de las que menos nutrientes reciben para poder sostener vida en ellas, por eso a estas zonas se las llama “desiertos marinos”.

Antes del descubrimiento del ingeniero Hrvoje Lukatela, las agencias espaciales ya conocían todas estas características naturales de esta región, que algunos astronautas denominan “Zona Deshabitada del Pacífico Sur”. Por desgracia, tal como sucede habitualmente cuando hablamos de la actividad humana, se decidió aprovechar esa singularidad para utilizar el Punto Nemo y la zona circundante como cementerio de naves espaciales, encontrando así la solución para deshacerse de naves espaciales que por su gran tamaño no se queman al reentrar en la atmósfera terrestre y que pueden ser controladas y dirigidas para que se estrellen en esa área concreta. Así que, desde 1971, especialmente las agencias espaciales de Rusia, Europa, China y Japón empezaron a dirigir hacia esa zona objetos espaciales, fragmentos de satélites e incluso de la Estación Espacial Mir, y se calcula que hasta el año 2016 ya se acumulaban en ese fondo oceánico más de 263 naves espaciales o fragmentos.

La justificación para que la zona del Punto Nemo sea un basurero de desechos espaciales es que no se considera que esté amenazando el ecosistema ni la vida que pueda contener, que en este caso, por poca que sea, está mayormente en las profundidades. Pero sabemos perfectamente que cualquier objeto, como por ejemplo el resto de un naufragio, o incluso las columnas o pilotes de las plataformas petroleras, provocan que se cree una colonización al ser aprovechadas por muchas formas de vida. Así que una vez más se está impulsando artificialmente un desequilibrio de hábitats y ecosistemas sin tener conciencia de lo que ello pueda generar a medio o largo plazo. Y esto es así porque sigue sin tenerse la visión y perspectiva del planeta como un sistema complejo y completo, donde todo está interconectado y donde el ser humano tendría que ser más consciente de lo que significa el Efecto Mariposa.

Junto a las repercusiones que pueda tener haber creado ese cementerio de naves y restos espaciales, también desde el año 2013 se confirmó la existencia de un gran parche o isla de basura en la zona del Giro del Pacífico Sur. Esta isla de basura está formada por plásticos, sedales y fragmentos provenientes de barcos y de la costa, y en este caso los científicos sí que afirman que esto crea desequilibrios en el sistema favoreciendo el movimiento de especies, colonizaciones y desajustes que facilitan que unas especies prosperen y otras no, además de la llegada de especies invasoras y de todas las enfermedades fruto de la contaminación causada por los plásticos y otros materiales nocivos.

Así que la actividad humana ha utilizado e invadido el Punto Nemo por sus características y condiciones, y está justamente destruyendo esas características y condiciones. Esperemos que crezca la conciencia y comprensión de la importancia de los lugares que todavía se mantienen poco alterados gracias a la poca presencia del ser humano, que se entienda la importancia de que haya puntos prístinos, puros, sean cuales sean sus características, sea cual sea el provecho y beneficios que podrían aportar humana y egoístamente hablando, porque hay que mantener puntos de referencia, de posibilidades de algo que muestre el ejemplo de que todo se puede recuperar dentro de todo el desequilibrio que en muchos niveles y aspectos estamos experimentando en todo el planeta.



Fuentes:  

Imagen: Wikimedia Commons. Autor: Timwi. Imagen de dominio público. Polo oceánico de inaccesibilidad.