lunes, 27 de febrero de 2017

Eventos destacados del mes de febrero

Publicado por David Arbizu

EL DESASTRE DE FUKUSHIMA: ALARMA POR LOS ALTOS NIVELES DE RADIACIÓN
Dentro de muy pocos días, el 11 de marzo, se cumplirán 6 años del accidente nuclear de Fukushima. Con el paso del tiempo, desde que el gran tsunami impactó contra la central nuclear provocando explosiones en los edificios que albergan los reactores, fallos en los sistemas de refrigeración, triple fusión del núcleo y liberación de radiación al exterior, hemos sido testigos de la gran envergadura del problema, de que no existe una tecnología para limpiar y descontaminar las instalaciones y de que, al mismo tiempo, ha habido ocultaciones y presiones políticas, no solo en Japón sino a nivel global, para no hacer pública con total transparencia una situación que no solo afecta a Japón sino que alcanza a todo el planeta y que ya ha causado y seguirá causando enfermedades y muerte, tanto para las personas como para toda la vida que sostiene la biosfera planetaria.

A principios de febrero de este año, 2017, Tokio Electric Power Company o TEPCO, la compañía propietaria que gestionaba el funcionamiento de la central, anunció que se había descubierto un agujero de 1 metro de diámetro en la parte inferior de la vasija de presión en el reactor nº 2 y que, cuando se descubrió ese agujero, la medición de radiación estimada llegó a 530 sieverts por hora.

Imagen del agujero en el interior de la vasija del reactor nº 2

Ambas noticias son muy alarmantes. El agujero demuestra que la vasija de presión no ha contenido la fusión del reactor, algo impresionante teniendo en cuenta que la rejilla de contención aguanta temperaturas de hasta 1500ºC, y que el combustible fundido podría haber llegado a la parte más externa de la vasija de contención e incluso al subsuelo. Pero la noticia que disparó realmente las alarmas fue la medición de radiación de 530 sieverts por hora, que significa un gran aumento respecto a otras mediciones registradas y ya consideradas dramáticas, que habían llegado a los 73 sieverts por hora.

El sievert es una unidad que mide la dosis de radiación absorbida por la materia viva teniendo en cuenta los efectos biológicos producidos. Para tener una idea de la gravedad de la situación, la cantidad máxima de exposición a la radiación permitida por la NASA para los astronautas durante toda su vida útil es de 1 sievert; una dosis de 1 sievert puede causar daños muy graves a la salud humana y una dosis única de 10 sieverts es prácticamente mortal en cuestión de semanas.

El 16 de febrero se envió un robot especialmente fabricado para soportar los altos niveles de radiación del interior de los reactores, pero no pudo realizar mediciones significativas debido a las condiciones extremas y, tras tres horas de funcionamiento, dejó de responder y los operadores lo tuvieron que abandonar dentro de la vasija de contención. Días más tarde se envió un segundo robot, pero el resultado fue el mismo y no se han podido obtener mejores imágenes ni datos útiles que permitan dar a conocer la verdadera realidad del estado del interior de las vasijas de contención y así poder desarrollar un método eficaz de limpieza y eliminación de todos los residuos y, principalmente, del combustible fundido para poder llegar a desmantelar el reactor.
Actualmente, el nivel de radiación es elevado en las zonas próximas a los edificios de los reactores 1, 2 y 3. El pasado 24 de febrero, el nivel de radiación cerca del reactor nº 3 era de más de 300 microsieverts por hora y cerca del edificio del reactor nº 2 era 137,6 microsieverts por hora, tal como muestra la imagen a continuación.


Tanto la compañía TEPCO como el gobierno de Japón intentan transmitir una sensación de control de la situación hablando de la pared de hielo, que esperan que acabe siendo eficaz para contener el flujo de agua contaminada hacia el océano, algo que no se ha conseguido, como también haciendo público que se ha reanudado la pesca en todas las regiones excepto una zona de 10 km alrededor de la central. Sin embargo, solo se ha conseguido que los dispositivos entren en el reactor nº 2 y no hay posibilidad de sondas similares en los reactores 1 y 3, que fueron gravemente dañados por las explosiones de hidrógeno que hubo el día del accidente. Además, el reactor nº 3 tiene aproximadamente 6,5 metros de profundidad de agua contaminada en el interior de la vasija de contención, un volumen mucho mayor que la acumulada en los reactores 1 y 2, por eso se está intentando fabricar un robot que pueda funcionar y pasar a través del agua.

Otro gran problema es el del agua contaminada, tanto la almacenada como la que se genera a diario. Tratar con agua contaminada requiere mano de obra significativa. Según TEPCO, alrededor de la mitad de las aproximadamente 6000 personas que trabajan a diario en la central nuclear están involucradas en el manejo de las aguas contaminadas. Cada día se bombean y almacenan 150 toneladas de agua y hay aproximadamente 1000 tanques de agua contaminada que, al mismo tiempo, sufren fugas y provocan un gran trabajo de reparación y substitución.

Zona de almacenamiento de tanques de agua contaminada

Por otro lado, muchos expertos corroboran que cada día siguen llegando al océano Pacífico entre 300 y 400 toneladas de agua radiactiva y que esta radiación ha alcanzado la costa oeste de Norteamérica. Además, se considera que el 80% de la radiactividad de los reactores dañados, en el momento del accidente, terminó en el Pacífico y que una pequeña fracción de esta cantidad se encuentra en el fondo del océano mientras que toda la demás se ha ido esparciendo sobre todo por el Pacífico Norte, aunque otras fuentes también hablan de que ya se ha extendido por todo el Pacífico y, consecuentemente, también ha llegado a todos los océanos del planeta.

A todo esto se suma que hay que tener en cuenta que los cuatro edificios de los reactores de Fukushima quedaron estructuralmente dañados por el terremoto y el tsunami, así como por las explosiones de hidrógeno posteriores. Por lo tanto, si hubiera un terremoto superior a 7 grados de la escala de Richter, algo que no sería para nada imposible debido a las fallas tectónicas y a la alta sismicidad de Japón, podría haber un colapso de estas estructuras, lo cual conllevaría una liberación masiva de radiación prácticamente inimaginable.

A nivel global, otro de los grandes problemas es la gran crisis que sufre la industria nuclear debido a que ha habido y siguen habiendo muchos proyectos de reactores fallidos, muchos problemas de costosa solución en muchas instalaciones, que están envejeciendo y llegando a edades que deberían suponer su cierre y todos los grandes inconvenientes que provoca el almacenamiento de las grandes cantidades de residuos radiactivos y altamente contaminados. Todo ello incrementa los problemas de este sector y los efectos negativos, a nivel de seguridad y mantenimiento, que pueden ser provocados por posibles grandes deudas o incluso quiebras de las grandes industrias de la energía nuclear.

Fuentes:


viernes, 10 de febrero de 2017

Eventos destacados del mes de febrero

Publicado por David Arbizu

LOS RÍOS ATMOSFÉRICOS
Los ríos atmosféricos son grandes vías de aire húmedo en movimiento que se desplazan sobre los océanos del mundo. Se originan en los trópicos y transportan vapor de agua hacia las zonas extra tropicales. Pueden tener miles de kilómetros de longitud, desde dos mil a diez mil kilómetros, un promedio de cuatrocientos de kilómetros de anchura y se considera que pueden transportar una cantidad de agua mucho mayor que el río Amazonas. 

En color azul vemos un río atmosférico que cruza el Atlántico hacia Europa

A pesar de que, sobre el mapa, pueden parecer estrechas líneas atmosféricas poco importantes comparadas con el tamaño que pueden tener otros flujos o formaciones de borrascas o anticiclones, tienen un papel vital para todos los ecosistemas del planeta y llegan a transportar la mayor parte del vapor de agua que se mueve horizontalmente fuera de los trópicos de la Tierra. Ellos son los responsables de gran parte de las precipitaciones y de que ese vapor de agua llegue a latitudes medias, tanto del hemisferio norte como del hemisferio sur. Cuando el río atmosférico entra en el continente y se eleva por la orografía del terreno, principalmente por las cadenas montañosas cercanas a los litorales, el enfriamiento del vapor de agua produce la precipitación en forma de lluvia. Al igual que los ríos que surcan la superficie de la Tierra, los ríos atmosféricos pueden tener mayor o menor caudal, así que pueden generar lluvias beneficiosas y no destructivas pero también lluvias torrenciales que causen inundaciones, desprendimientos de tierra y otros daños.
Los ríos atmosféricos más conocidos y estudiados son el que cruza el Atlántico desde el Caribe afectando Europa y el que se origina en el Pacífico, cerca de Hawái y llega a California, conocido como Pineapple Express.
En la siguiente imagen vemos una representación del río atmosférico entrando por la costa de California y cómo al encontrar las montañas se eleva, se enfría y se genera la lluvia.


Durante este invierno ya son varios los ríos atmosféricos que han llegado a California y, gracias a sus lluvias, el estado se está recuperando de la grave sequía afianzada desde hace cinco años. Esta sequía se ha ido fortaleciendo debido a un sistema de alta presión que ha estado anclado frente a la costa de California y que ha estado desviando las tormentas y los ríos atmosféricos hasta que se ha ido debilitando. Ahora, con la llegada de los ríos atmosféricos, las lluvias están llenando los lagos y, consecuentemente, recuperando los caudales de los ríos, así como las nieves de las montañas, aunque todavía falta mucho para que se empiecen a recuperar las aguas subterráneas y los acuíferos que han sido inconscientemente explotados y casi aniquilados.

La siguiente imagen representa un río atmosférico de este mes de febrero de 2017, donde se observa el gran flujo de humedad que se mueve en la parte baja, que representa toda la zona tropical y cómo se genera la corriente que entra en el continente.

El otro río atmosférico más conocido es el que cruza el Atlántico desde el Golfo de México para traer tormentas y lluvia a Europa. Este río puede llegar a afectar desde el norte de África hasta Inglaterra e Irlanda y adentrarse hacia el centro de Europa. 

Durante este invierno de 2017 hemos visto como grandes tormentas con lluvias torrenciales y fuertes nevadas afectaban la Península Ibérica y gran parte de Europa. Esta situación extrema se debe al desequilibrio de los patrones climáticos globales, en parte debido a que cada vez hay menor diferencia de temperatura entre los Polos y el Ecuador del planeta, una situación donde también tiene gran parte de influencia la baja actividad solar, el deshielo, que permite que grandes corrientes de calor suban por el Atlántico Norte y lleguen al Ártico y, como ya he nombrado en muchos artículos, la ralentización del Cinturón Oceánico, algo que se observa especialmente al sur de Groenlandia y en toda la zona de Islandia. Se podrían enumerar muchos otros desequilibrios de sistemas y patrones que afectan al clima, como la corriente polar Jet Stream, que se ve afectada por todos los factores que acabo de nombrar, cuyas ondulaciones y desequilibrio provocan el descenso de grandes masas de aire polar y, tal como hemos experimentado hace poco en España, de aire que proviene de Siberia. Cuando toda la carga de vapor de agua de un río atmosférico se encuentra con condiciones de aire muy frío en altura es cuando se producen estas tormentas tan destructivas y duraderas.
En la siguiente imagen se observa el río atmosférico que llegó a Europa entre el día 5 y 8 de este mes.

Otros factores que favorecen o desfavorecen que se formen los ríos atmosféricos y que lleguen con mayor o menor fuerza a los continentes son los patrones de bajas presiones y altas presiones típicos de cada sistema oceánico. En el caso del Atlántico Norte tenemos la Oscilación del Atlántico Norte, que depende de la diferencia de presión atmosférica entre la borrasca de Islandia y el anticiclón de las Azores. En el caso del Pacífico también existen las bajas presiones de las Islas Aleutianas y los anticiclones que se forman en el sur de California, así como todos los efectos de los fenómenos de El Niño o La Niña. También en el Índico existe el Dípolo del Océano Índico, que principalmente se basa en las diferencias de presión atmosférica entre la zona de la costa este de África e Indonesia.

Por último quisiera hacer referencia a recientes estudios que alertan de que el desequilibrio actual, debido al cambio climático, va a generar situaciones cada vez más extremas que también afectarán a los ríos atmosféricos, lo cual significa que, al igual que pasa con los tornados, puede ser que no aumenten en número pero sí en potencia y en aglomeración, pudiendo tener, por un lado, períodos con llegadas continuas de intensos ríos atmosféricos y, por otro lado, períodos con falta de lluvias y el consecuente estrés hídrico.

El mapa que sigue a continuación muestra la formación de ríos atmosféricos a nivel planetario.


Fuentes:
http://www.bognorphoto.com/rios-atmosfericos-remojo-california-como-clima-caliente.html