Publicado por David Arbizu
EL GRAN VALLE DEL RIFT: LA DIVISIÓN DE ÁFRICA QUE FORMARÁ UNA NUEVA CUENCA OCEÁNICA
Cada vez son más habituales las noticias informando de desprendimientos
de tierra y de formación de socavones y grietas. Este tipo de eventos está
sucediendo en muchas partes del planeta y su origen o factores desencadenantes
pueden ser diversos, aunque en muchas ocasiones están relacionados con las precipitaciones
extremas, la deforestación, el uso abusivo de los acuíferos, las sequías y, como
resultado de todo ello, la falta de compacidad del suelo, algo en lo que
particularmente intervienen, de forma determinante, todas las actividades
humanas vinculadas a la perforación de la tierra y la extracción de recursos subterráneos. También
existen otros factores que pueden provocar grandes grietas y que podríamos
llamar “de gran calibre”, ya sea porque están relacionados con los movimientos
de las placas tectónicas, la actividad volcánica y los desplazamientos del
magma bajo la superficie, como porque son eventos encadenados que forman parte
de una acción impactante que necesita muchos años para su conclusión y que
supone un cambio de la forma de la superficie del planeta, de la litosfera;
este es el caso del Gran Valle del Rift, en África.
Vista aérea del Gran Valle del Rift, con el mar Rojo arriba a la derecha
El Gran Valle del Rift es una gran fractura geológica que tiene
una extensión de casi 5000 kilómetros. La parte africana del valle va desde
Mozambique, la parte que está más al sur, hasta Yibuti, país situado al este de
África, frente al Golfo de Adén, donde el mar Rojo se encuentra con el océano Índico, pero en realidad el valle abarca el propio mar Rojo y el
valle del río Jordán. Comenzó a formarse hace unos 30 millones de años y no
deja de crecer debido a los movimientos divergentes de las placas tectónicas
que están involucradas en su formación y desarrollo. A la altura del África
central se divide en dos valles distintos que también tienen dos climas diferentes
debido a la propia estructura del valle y a las montañas, volcanes y lagos que
lo forman, algo que supone que en el valle del este predomine la sabana y en el
valle del oeste predomine la selva. A la parte este del valle se la llama la
“cuna de la humanidad”, ya que se considera que allí surgieron los primeros
homínidos cuando los simios tuvieron que bajar de los árboles, donde vivían y
hacerse terrestres debido a que el cambio climático estaba convirtiendo la
selva en sabana.
En la imagen que sigue a continuación se puede observar la
forma del Valle del Rift, con sus grandes lagos, como el lago Tanganika y sus
altas montañas, como el Kilimanjaro.
El Valle del Rift fue noticia el pasado
lunes, 19 de marzo de 2018, cuando se formó una enorme grieta en Kenia que
destruyó parte de una concurrida carretera dejando a cientos de personas
atrapadas, sin poder pasar. La grieta tiene más de 3 kilómetros de longitud y
en algunas zonas más de 20 metros de anchura y hasta 15 metros de profundidad.
Este
no es un evento puntual, ya que la semana anterior ya se abrieron grietas cerca
de esa zona. Los geólogos dicen que Kenia se está dividiendo, algo que también
está pasando en Tanzania y Etiopía, países que junto a Somalia llegaran a
separarse del continente africano para formar un nuevo continente o
sub-continente al mismo tiempo que se forma un nuevo océano, un océano que
cubrirá el Gran Valle del Rift. Se calcula que para que esto suceda tendrán que pasar un millón de años o, según algunos geólogos, incluso cincuenta millones
de años.
En la imagen siguiente se muestra cómo podría quedar dividido el
continente africano y el Valle del Rift cubierto por lo que se consideraría un
nuevo océano.
Los geólogos consideran que este proceso empezó hace unos 25
millones de años, cuando la placa tectónica africana empezó a dividirse en la
placa Nubia, que sería la placa de la gran parte de África que seguiría en su
lugar, por así decirlo y la placa Somalí, una placa que está en proceso de
formación. Estas dos placas tienen un movimiento divergente, se separan entre
ellas y crean una tensión potenciada por el hecho de que la placa de Arabia
también se está separando.
La primera grieta importante que los geólogos
relacionaron directamente con este movimiento apareció en el año 2005, cuando
entró en erupción el volcán Dabbahu, situado al norte de Etiopía. Las
características de este volcán y de sus cámaras magmáticas internas
favorecieron que el magma no llegara a la superficie y se desviara hacia una
grieta interna formando un dique, de manera que, cuando el magma se enfrío, se
elevó y rompió la superficie creando una gran grieta. Algunos geólogos
consideran que no todas las grietas de la superficie han sido localizadas y
que, a nivel subterráneo, una gran parte del valle puede estar muy agrietada y que puede haber muchos movimientos magmáticos que serían la causa de la constante aunque
moderada sismicidad volcánica y de que existan derrumbamientos y elevaciones del
terreno que no siempre son detectados pero que forman parte de toda esa enorme
separación de placas tectónicas que forma el Gran Valle del Rift.
El cambio
climático que estamos experimentando en nuestro planeta, con un desequilibrio
en muchos de sus patrones que suponen, entre muchas otras cosas, graves sequías
y también grandes tormentas con lluvias torrenciales, cambios bruscos de
temperaturas con olas de frío y de calor y el aumento del nivel del mar junto
con el deshielo de los polos, puede favorecer que se acelere el proceso
divergente del Valle del Rift y esto, en algunos casos, ya se ha podido
comprobar. Un ejemplo es que hay muchas grietas antiguas que se encuentran en
zonas de debilidad de la corteza terrestre y que, con el transcurso del tiempo,
han quedado cubiertas por la ceniza emitida por los volcanes cercanos, pero
ahora, debido a la enorme cantidad de precipitaciones registradas, la lluvia se
ha llevado esa capa de ceniza dejando al descubierto esas grietas. Otro ejemplo
sería que está habiendo cambios en la distribución de la masa del planeta, algo
que provoca el deshielo pero también las graves sequías que han llegado a secar
grandes lagos y también acuíferos, provocando hundimientos y elevaciones y en
este sentido no hay que olvidar toda la actividad humana relacionada con la
minería y todo tipo de extracción de materiales del interior del
planeta. También el aumento del nivel del mar podría acelerar que se inundaran
algunas partes del norte del Valle del Rift, que de hecho ya se encuentran bajo
el nivel del mar, lo cual podría generar enormes inundaciones que convertirían
en islas las partes más elevadas de esas zonas. Otra de las situaciones
peligrosas que estamos afrontando es el deshielo del permafrost, que en Siberia
y Alaska ya ha causado la formación de grandes socavones, algunos de los cuales
también se están extendiendo. Y para enumerar una más: hay que tener en cuenta
la actividad solar, ya que se está llegando a un mínimo solar y los rayos solares
tienen una relación directa con el movimiento de las placas tectónicas, ya que,
en una situación de actividad solar normal, la llegada de los rayos solares provoca que las placas
se reajusten sin movimientos bruscos, así que una debilidad o disminución de rayos solares
supone una mayor inestabilidad y una liberación más violenta de la tensión
acumulada en los bordes de las placas.
Todo esto significa que todo podría
acelerarse e incluso generar otros movimientos no previstos a nivel científico,
ya que no hay que olvidar que, por ejemplo, todas las placas tectónicas del
planeta están vinculadas entre sí, que hay que tener una visión global del
planeta sabiendo que todo está interconectado y que la Tierra tiene sistemas a
través de los cuales busca reequilibrar todos los desajustes y trastornos de
sus patrones en todos los niveles. Por ejemplo, en el caso concreto de África,
existe una fricción convergente entre la placa Africana y la placa Euroasiática, así que un
aumento de la separación de las placas que divergen en el Valle del Rift
también podría suponer un aumento de la fricción en toda la zona del
Mediterráneo, desde la parte del Estrecho de Gibraltar hasta la zona de Grecia
y Turquía, donde a menudo hay movimientos sísmicos importantes.
Para finalizar,
quiero añadir seis imágenes de algunas de las grandes grietas que últimamente se han
detectado en el planeta y que, en algunos casos, han provocado situaciones de
peligro para la vida humana:
1- Kenia-Gran
Valle del Rift: grieta formada el pasado 19 de marzo.
2- Lago Baikal (Rusia):
situado en el punto de encuentro de placas tectónicas que se están separando.
La previsión es que la grieta se vaya ampliando y que la placa Euroasiática se
llegue a dividir dentro de unos 20 millones de años.
3- Perú: grandes
grietas rompieron la tierra en el Distrito de Llusco (región de Cuzco) a finales de febrero de
este año.
4- Arabia Saudí: grieta de más de 200 metros en la parte desértica del país.
Descubierta a finales de febrero de este año. Sigue creciendo.
5- México:
gran grieta descubierta en el estado de Sonora a mediados de 2014.
6- Estados Unidos: grieta en el desierto de Arizona cuyo origen puede estar en el
uso abusivo de los acuíferos.
Fuentes:
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