AUMENTO CONSTANTE DE LOS PROBLEMAS CAUSADOS POR LA INTRUSIÓN DE ANIMALES SALVAJES EN ZONAS URBANIZADAS
Desde hace décadas, la expansión humana sobre el planeta ha llegado a un punto en el que ya no deja un mínimo espacio vital para los otros seres vivos que lo habitan. Esto significa un proceso casi imparable de extinción de muchas especies, pero también significa que, con la pérdida de sus hábitats, de sus fuentes de alimentos, de todo lo que representa poder desarrollarse y vivir dentro de un equilibrio natural, lejos del “mundo antropocéntrico”, los animales acaban adentrándose en zonas colonizadas por el ser humano, zonas que en muchos casos les pertenecían, eran sus hogares, y a las que ahora vuelven a adentrarse por mera supervivencia, porque se les acaban otras opciones y ellos también tienen derecho a jugar sus cartas buscando su propio beneficio, aunque sea bajo un juego forzado e inevitable.
Creo que no es necesario entrar a fondo en todo lo que las actividades humanas provocan sobre el equilibrio de los ecosistemas y hábitats, sobre los ciclos de la vida animal, causando desajustes fenológicos e incluso muertes directas a través de la caza, la propagación de plagas para exterminar especies que de repente se vuelven incómodas, la deforestación, las grandes contaminaciones de todo tipo, las extracciones del subsuelo y toda la destrucción necesaria para su establecimiento, y los incendios provocados, tal como en este momento estamos observando que sucede en muchas partes del planeta y, en especial, en la Amazonia; en resumen, todo el exterminio que el ser humano está provocando en el planeta atribuyéndose unos derechos especiales a través de los cuales ha expulsado y exterminado completamente algunas especies de sus hábitats, pero también ha facilitado la expansión y procreación explosiva de otras que se han convertido en plagas difíciles de gestionar. En muchas ocasiones, sobre todo desde hace pocos años, se han puesto en marcha iniciativas para reinsertar y recuperar especies autóctonas que se habían exterminado, como es el caso de los lobos y los osos en algunas partes de España, pero la situación de los espacios naturales ya no es la misma que cuando estos animales vivían en estos lugares y ahora generan problemas de convivencia con el ser humano que antes no pasaban con la misma intensidad. Al mismo tiempo, la falta de depredadores ha permitido que otras especies se adueñen y se expandan en muchas zonas en las que el espacio se ha ido mermando por las actividades y urbanización humanas, y ahora esta situación ha conducido a verdaderos y graves conflictos de difícil solución. Uno de los ejemplos más claros y que afectan prácticamente a todo el planeta, tal como se verá más adelante, es el caso del jabalí.
El ser humano parece que pueda controlarlo todo, pero la fuerza de la naturaleza y de la vida es extremadamente poderosa. Se sabe que no es fácil controlar la fuerza del instinto vital de los seres vivos y que muchas especies tienen grandes capacidades de adaptación, de modificar conductas y mostrarnos un nivel de inteligencia y de toma de decisiones que en muchas ocasiones no se reconoce pero que es elevado, está enfocado totalmente en su supervivencia y en su reproducción, y se transmite de generación en generación para que la especie tenga cada vez mayores posibilidades en un mundo cambiante y, como sucede ahora mismo, devastador. En este sentido, es interesante ver cómo algunas especies han avanzado su ciclo reproductivo, sus períodos de hibernación e incluso de migración. También se ha observado cómo algunas especies han modificado su tamaño para adaptarse a los pueblos y ciudades, incluso cómo ha habido hibridación entre especies, como es el caso del “coyolobo”, una especie que se ha generado especialmente en Norteamérica a partir del cruce de coyotes, lobos y perros domésticos y cuyos ejemplares se ha constatado que son de mayor tamaño cuando viven en áreas naturales, donde pueden cazar presas grandes en manada, y de menor tamaño cuando viven cerca de ciudades, donde sus presas son más pequeñas y también necesitan pasar más desapercibidos frente a los humanos.
Ya hace años que, con la pérdida de hábitats y de fuentes de recursos, algunas especies empezaron a acercarse cada vez más a las zonas habitadas por el ser humano. Algunas de ellas ya hace incluso siglos que se han instalado en grandes urbes, donde encuentran refugio, alimento y facilidades para su reproducción, como es el caso de muchos insectos que normalmente habitan subterráneamente, de algunas especies de aves como las palomas y también de roedores, pero otros animales que no pasan tan desapercibidos también están entrando en las zonas habitadas y utilizando los recursos que allí encuentran. También hay otras especies que se han expandido por muchas ciudades debido a accidentes o falta de conciencia del ser humano, que en algunos casos ha alimentado ocasionalmente a algunos animales salvajes provocando un cambio de conducta y de acercamiento que ellos no hubieran tenido por sí mismos. Es impactante el caso de las cotorras argentinas, originarias de Sudamérica, que en muchos lugares han provocado una baja significativa de aves autóctonas y cuya expansión, en muchos casos, ha empezado por ejemplares que se han escapado de jaulas particulares y también de zoológicos. Pero también se pueden encontrar otros animales que en su momento fueron comprados como mascotas y luego se abandonaron por varios motivos, como es el caso del cerdo vietnamita, que luego se ha cruzado con el cerdo europeo y también con el jabalí. También es notable el problema que causan los mapaches, traídos de Norteamérica a Europa como mascotas y que ahora se considera una de las especies invasoras más problemáticas y extendidas. Otro ejemplo lo tenemos en Florida con la boa constrictor y pitón africana, que se han expandido peligrosamente por gran parte del estado debido a que las personas que las habían comprado acabaron abandonándolas en los Everglades, una zona natural de pantanos donde se adaptaron con gran facilidad y desde donde empezaron a reproducirse y expandirse para convertirse en una verdadera amenaza que se adentra en muchas localidades. También en Florida encontramos el problema de la superpoblación de iguanas verdes, una especie invasora muy perjudicial para los ecosistemas de esa región, cuyos ejemplares se empezaron a detectar en 1960 y se considera que también fueron liberadas por personas que las tenían como animales de compañía y las abandonaron.
En estos momentos, hay dos especies de animales que son las más representativas del conflicto con el ser humano por su intrusión en las zonas habitadas: los jabalíes y las gaviotas.
En todo el mundo podemos encontrar situaciones parecidas e incluso más peligrosas debido a la naturaleza de cada animal y las medidas de protección que pueden conseguir los habitantes de cada zona del planeta. Voy a enumerar, por países, algunos ejemplos concretos de problemas con animales que tienen una relación directa con el lugar donde suceden y que entran en conflicto con los humanos que habitan la zona debido al cambio climático y a los abusos y expansión del ser humano, algo que da como resultado la pérdida de hábitats, la dificultad de encontrar alimentos y otros cambios de conducta que los animales deben realizar para adaptarse a un medio ambiente más duro e inestable.
- Tanzania: Problemas con hipopótamos y cocodrilos por parte de personas que viven cerca de cuerpos de agua y tienen ganadería y cultivos, aunque también ha habido ataques directos a personas.
- Estados Unidos: Aumento de mordeduras de serpientes en todo el país, pero en especial en estados del sur, vinculadas a la crisis climática y los suburbios en expansión.
- Archipiélago de Novaya Zemlya (Rusia- zona Ártica): Se han hecho virales las imágenes de osos polares paseando y tratando de entrar en las viviendas.
- México: Se ha detectado un cambio de conducta de las serpientes de cascabel en el noroeste del país, relacionado con el aumento de las temperaturas, que está provocando que se suban a arbustos y árboles para aliviar el calor y que aumenten su actividad, de forma que las mordeduras de estas serpientes ahora será más fácil que puedan ser en la cabeza y el cuello de las personas y una mayor actividad facilitará mayor movilidad para acercarse más a zonas habitadas en estado de caza y alerta.
- Florida (Estados Unidos): Se ha constatado mayor movimiento y aproximación de los caimanes a zonas habitadas. Incluso hay imágenes mostrando cómo intentan entrar en viviendas por las puertas para los perros, saltan vallas y nadan en los charcos que se forman en carreteras y calles cuando llueve. Cuando hay inundaciones pueden buscar cobijo y seguridad en jardines elevados, algo que también se ha observado que hacen las serpientes, que incluso suben por las paredes de las viviendas.
- Australia: También en muchas zonas ha sido noticia el avistamiento de caimanes y serpientes en calles de ciudades costeras inundadas.
- Zimbabwe: Algunas comunidades agrícolas han puesto en marcha granjas con riego solar que están dando sus frutos, pero eso también atrae especialmente a los elefantes, que tienen dificultades en encontrar pasto y otros forrajes debido a la sequía y acaban invadiendo y destruyendo los campos de cultivo.
- India: El enorme crecimiento demográfico acelera la expansión de las zonas urbanas, que limita los entornos naturales y conduce a tensos choques entre humanos y animales salvajes. En algunas ciudades han entrado elefantes y otros felinos salvajes que han causado gran devastación y alarma.
Estos son algunos ejemplos, pero en todas las zonas urbanizadas están aumentando los conflictos con todo tipo de animales. Y, tal como he mencionado al principio, hay una sabiduría e inteligencia animal que se enfoca completamente en la supervivencia de la especie y puede llevar a cabo acciones y cambios no esperados, tal como se observa en algunas hibridaciones espectaculares, como la del coyolobo, que actualmente se considera el animal más adaptable del planeta, con una capacidad de convivencia con el ser humano llevada desde un alto nivel de inteligencia, donde muchas veces no se capta su presencia ni siquiera en grandes ciudades como Nueva York; un animal que sabe viajar siguiendo las vías férreas y que mira a ambos lados antes de cruzar autopistas y carreteras.
Esperemos que la inteligencia y conciencia del hombre se pongan a la altura necesaria para que disminuyan los conflictos con los animales y se encuentren los procedimientos necesarios para encontrar el equilibrio adecuado para la existencia y supervivencia de todas las especies, antes de que la situación se agrave mucho más y abarque más zonas del planeta y se tenga que llegar a una verdadera batalla por el espacio y los recursos y fuentes de subsistencia. Todo está directamente relacionado con el Antropoceno y con cómo el ser humano va a gestionar la crisis climática que cada vez se va agravando más en todo el planeta.
Fuentes:
https://www.elmundo.es/ciencia/2016/02/13/56bdad36ca47416b768b461a.html
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