martes, 14 de marzo de 2017

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Publicado por David Arbizu

CARRETERAS Y CAMINOS HAN DIVIDIDO LA TIERRA EN MÁS DE 600.000 PEDAZOS
A finales del año pasado, un grupo internacional de científicos publicaron, en la revista Science, un trabajo a través del cual han confeccionado el primer mapa mundial de áreas naturales sin acceso por caminos o carreteras. Durante casi una década han analizado y puesto sobre el mapa 36 millones de kilómetros de vías terrestres, cuyos datos han obtenido principalmente del portal OpenStreetMap, que ofrece datos geoespaciales y de otros portales utilizados para contrastar la información obtenida.

Para desarrollar su estudio consideraron superficie natural sin acceso y fuera del impacto de las vías construidas por los humanos a todas las áreas situadas como mínimo a un kilómetro de cualquier camino o carretera. Con este criterio llegaron a la conclusión de que actualmente un 80% de la superficie de la Tierra está alejada de caminos o carreteras, pero esta superficie está increíblemente troceada en 600.000 partes, la mitad de la cuales ocupa menos de un kilómetro cuadrado. Además, de estos 600.000 pedazos considerados áreas naturales, solo un 9,3% están protegidos.

Los científicos también han señalado que tienen claro que la cifra de 600.000 se queda corta, porque no han obtenido datos actualizados ni fiables de muchas zonas geográficas y también porque la construcción de carreteras y caminos es incesante a nivel planetario y, tal como ellos mismos indican, construir una carretera significa seguir abriendo más caminos y vías, algo que se conoce como “desarrollo contagioso” o “efecto contagio”.

A continuación se observa el mapa global de las áreas sin acceso por carretera. El color azul indica los trozos especialmente amplios, aunque estas áreas están sobreestimadas por la falta de datos. Las áreas rojas son las que contienen muchas carreteras y las áreas azules las que están más libres, una gran parte de las cuales corresponde a zonas cubiertas por tundra, rocas o hielo.



Mapa global. (P. Ibisch et al., Science (2016))

Las vías terrestres construidas por el ser humano tienen un gran impacto medioambiental negativo con consecuencias hidrológicas y climatológicas. Además, provocan deforestación y destrucción de ecosistemas y vida vegetal y animal a lo largo del trazado de la vía. Para árboles y plantas, el camino o carretera crea un corte que reduce zonas de expansión, que pueden ser a nivel de superficie pero también a nivel de subsuelo, limita el acceso a recursos hídricos, genera dificultades de reproducción y polinización y provoca cambios en las vías fluviales y menor aprovechamiento de la lluvia. Para los animales supone un obstáculo en su hábitat natural que dificulta sus desplazamientos vitales, que pueden estar relacionados con alimentación, reproducción, zonas de recogimiento y protección, etc. 
Estas infraestructuras también aportan efectos muy dañinos relacionados con el ruido, la polución química, la mayor probabilidad de incendios, la posibilidad de que se formen asentamientos humanos que destruyan y desequilibren los hábitats y, sobre todo, los atropellos de animales.

Una de las soluciones al problema del atropellamiento de animales son los “pasafaunas” o “ecoductos”, viaductos que cruzan por debajo o por encima de las carreteras y permiten comunicar ambientes naturales fragmentados. En algunos lugares se ha comprobado que han dado buenos resultados, aunque algunos científicos consideran que son muy costosos y solo mitigan los grandes problemas que crean las carreteras.

Ejemplo de viaducto para facilitar el paso de la fauna

Para el equipo que ha realizado este trabajo es importantísimo que no se construyan más carreteras en las zonas que están libres de ellas y quieren que su trabajo sea una llamada a los responsables políticos de todo el mundo con competencias en la planificación y construcción de vías terrestres. En este sentido, el artículo publicado en Science recuerda que, según la Agencia Internacional de la Energía, el incremento mundial de la longitud de infraestructuras viarias será de más del 60% entre 2010 y 2050.

Ejemplo de la gran destrucción de terreno debido a la infraestructura viaria

Por último y no menos importante, mencionar las líneas de energía de la Tierra, las Líneas Ley, que también sufren el impacto del corte y la intromisión de la energía obstructora proveniente del asfalto, del tráfico, del desequilibrio del hábitat natural y la llegada de elementos contaminantes, algo que, al mismo tiempo, va a perjudicar el equilibrio y desarrollo del ecosistema y lo va a hacer más vulnerable al abuso e intromisión de la huella del hombre.


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