Publicado por David Arbizu
CARRETERAS Y CAMINOS HAN DIVIDIDO LA TIERRA EN MÁS DE
600.000 PEDAZOS
A finales del año pasado, un grupo
internacional de científicos publicaron, en la revista Science, un trabajo a
través del cual han confeccionado el primer mapa mundial de áreas naturales sin
acceso por caminos o carreteras. Durante casi una década han analizado y puesto
sobre el mapa 36 millones de kilómetros de vías terrestres, cuyos datos han
obtenido principalmente del portal OpenStreetMap, que ofrece datos
geoespaciales y de otros portales utilizados para contrastar la información
obtenida.
Para desarrollar su estudio consideraron superficie natural sin
acceso y fuera del impacto de las vías construidas por los humanos a todas las
áreas situadas como mínimo a un kilómetro de cualquier camino o carretera. Con
este criterio llegaron a la conclusión de que actualmente un 80% de la
superficie de la Tierra está alejada de caminos o carreteras, pero esta
superficie está increíblemente troceada en 600.000 partes, la mitad de la
cuales ocupa menos de un kilómetro cuadrado. Además, de estos 600.000 pedazos
considerados áreas naturales, solo un 9,3% están protegidos.
Los científicos
también han señalado que tienen claro que la cifra de 600.000 se queda corta, porque no han obtenido datos actualizados ni fiables de muchas zonas
geográficas y también porque la construcción de carreteras y caminos es incesante a
nivel planetario y, tal como ellos mismos indican, construir una carretera
significa seguir abriendo más caminos y vías, algo que se conoce como
“desarrollo contagioso” o “efecto contagio”.
A continuación se observa el mapa
global de las áreas sin acceso por carretera. El color azul indica los trozos
especialmente amplios, aunque estas áreas están sobreestimadas por la falta de
datos. Las áreas rojas son las que contienen muchas carreteras y las áreas
azules las que están más libres, una gran parte de las cuales corresponde a
zonas cubiertas por tundra, rocas o hielo.
Mapa global. (P. Ibisch et al., Science (2016))
Las vías terrestres construidas
por el ser humano tienen un gran impacto medioambiental negativo con
consecuencias hidrológicas y climatológicas. Además, provocan deforestación y
destrucción de ecosistemas y vida vegetal y animal a lo largo del trazado de la
vía. Para árboles y plantas, el camino o carretera crea un corte que reduce
zonas de expansión, que pueden ser a nivel de superficie pero también a nivel
de subsuelo, limita el acceso a recursos hídricos, genera dificultades de reproducción y polinización y provoca cambios en las vías fluviales
y menor aprovechamiento de la lluvia. Para los animales supone un obstáculo en
su hábitat natural que dificulta sus desplazamientos vitales, que pueden estar
relacionados con alimentación, reproducción, zonas de recogimiento y protección,
etc.
Estas infraestructuras también aportan efectos muy dañinos relacionados con el ruido, la polución
química, la mayor probabilidad de incendios, la posibilidad de que se formen
asentamientos humanos que destruyan y desequilibren los hábitats y, sobre todo,
los atropellos de animales.
Una de las soluciones al problema del
atropellamiento de animales son los “pasafaunas” o “ecoductos”, viaductos que
cruzan por debajo o por encima de las carreteras y permiten comunicar ambientes
naturales fragmentados. En algunos lugares se ha comprobado que han dado buenos
resultados, aunque algunos científicos consideran que son muy costosos y solo
mitigan los grandes problemas que crean las carreteras.
Ejemplo de viaducto para facilitar el paso de la fauna
Para el equipo que ha
realizado este trabajo es importantísimo que no se construyan más carreteras en las
zonas que están libres de ellas y quieren que su trabajo sea una llamada a los
responsables políticos de todo el mundo con competencias en la planificación y
construcción de vías terrestres. En este sentido, el artículo publicado en
Science recuerda que, según la Agencia Internacional de la Energía, el
incremento mundial de la longitud de infraestructuras viarias será de más del
60% entre 2010 y 2050.
Ejemplo de la gran destrucción de terreno debido a la
infraestructura viaria
Por último y no menos importante, mencionar las líneas
de energía de la Tierra, las Líneas Ley, que también sufren el impacto del
corte y la intromisión de la energía obstructora proveniente del asfalto, del
tráfico, del desequilibrio del hábitat natural y la llegada de elementos
contaminantes, algo que, al mismo tiempo, va a perjudicar el equilibrio y desarrollo
del ecosistema y lo va a hacer más vulnerable al abuso e intromisión de la
huella del hombre.
Fuentes:
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