Publicado por David Arbizu
LOS EFECTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO LLEVAN AL PLANETA A UNA
CONTINUA AGITACIÓN QUE SUPERA LA COMPRENSIÓN DE LOS METEORÓLOGOS
La Organización Mundial de Meteorología (OMM) acaba de
publicar su “Declaración sobre el Estado del Clima Global en 2016”, un estudio
exhaustivo sobre eventos, patrones y desajustes climáticos. Según la OMM, las
temperaturas récord de calor que experimentamos en 2016 y que continúan en
2017, han convertido al mundo en un “territorio realmente inexplorado”.
En otoño de 2016 las previsiones eran que las temperaturas
globales podrían empezar a tener una tendencia a la baja durante el año 2017, ya
se daba por finalizado el fenómeno de El Niño y había muchos indicativos para
prever que iba a iniciarse el fenómeno de La Niña, que es un patrón frío que
conllevaría un debilitamiento del calor sin precedentes que estamos
experimentando a nivel global. Pero lo que los científicos están comprobando es
que no se cumplen sus previsiones, que los patrones climáticos no siguen las
pautas y estructuras que hasta ahora los habían definido y que se encuentran
ante un sistema climático desconocido que desafía los límites de su
comprensión. Lo que sí saben y expresan los científicos es que el cambio
climático está provocado principalmente por el calentamiento global y que son
las actividades humanas las que lo están impulsando. Tal como declara Jeffrey
Kargel, glaciólogo de la Universidad de Arizona: “La Tierra es un planeta en
agitación debido a los cambios causados por el hombre en la atmósfera”, a lo
que añade: “En general, cambiar drásticamente las condiciones no ayudan a la
civilización, que se nutre de la estabilidad”. También son impactantes las
palabras de David Carlson, director del programa mundial de investigación sobre
el clima: “Después de que el potente El Niño de 2016 se disipara, hoy asistimos
a otras alteraciones en el mundo que no logramos dilucidar, estamos al límite
de nuestros conocimientos científicos sobre el clima”.
El mapa que sigue a
continuación informa sobre las condiciones de altas temperaturas por encima de
los promedios registrados y también sobre los registros mínimos de extensión de
hielo en los polos.
En general, la situación actual que muestran los primeros
meses del año 2017 es que las temperaturas siguen siendo más elevadas de lo
normal, que en los casquetes polares se mantienen las olas de calor, que el
hielo marino ha llegado a mínimos récord y sigue aumentando el nivel del mar. Al
mismo tiempo, somos testigos de tormentas con lluvias torrenciales que pueden
llegar a cualquier lugar del planeta, incluso donde históricamente nunca han
sido habituales y también en lugares donde todavía están bajo los efectos de
sequías muy severas. Algo que también llama la atención son los fuertes vientos
que han afectado a muchas partes del globo provocando tornados, trombas marinas,
ciclones y vientos huracanados que han causado daños y han potenciado mareas y
oleajes que han inundado muchas ciudades costeras. Otro factor donde vemos
modificaciones de los patrones climáticos habituales son las temperaturas. Por
un lado, cada vez hay menor contraste entre las temperaturas de los polos y el
ecuador y, por otro lado, vemos que hay zonas donde el invierno ha sido más cálido
de lo esperado y otras, como algunas zonas de Oriente Medio, donde las
temperaturas han sido inusualmente bajas, como los 5ºC negativos registrados en Catar el pasado 5 de febrero. También observamos un incremento de la fuerza y
acción del elemento fuego, ya que cada vez hay más volcanes en erupción y mayor
movimiento magmático bajo la superficie y, en relación directa con la actividad
volcánica, hay un aumento de la actividad sísmica en muchas partes del planeta,
aunque predomina especialmente, junto con la actividad volcánica, en toda la
zona del Anillo de Fuego, donde la gran Placa del Pacífico, que es una placa
marina, tiene muchas zonas de subducción sobre otras placas llamadas “mixtas”
porque están cubiertas por corteza marina y corteza continental.
El siguiente
mapa muestra los volcanes que estaban activos en el planeta el 25 de marzo. Se
puede observar que la mayoría se encuentran en el Anillo de Fuego.
De algún modo podemos decir que se está generalizando un
patrón de eventos extremos como resultado de la presión y desestabilización que
la actividad humana provoca en el planeta y que estamos siendo testigos de que
cada desajuste generado conlleva una reacción en cadena que puede afectar a
todo el sistema climático global y a cualquiera de los subsistemas que lo
componen.
Algunos científicos consideran que el problema principal es el deshielo de los polos, que está provocando
una modificación general de la circulación oceánica y atmosférica que afecta a
su vez a las condiciones meteorológicas de otras regiones del mundo, pero si
observamos la Tierra como un completo organismo dinámico y vivo vemos que todo
está interconectado y que el problema principal es de todo el engranaje, porque
todo se ve afectado y el verdadero origen es que la especie humana y su
actividad en el planeta se han convertido en una fuerza global perjudicial. Por
ejemplo, como raza humana, producimos más sulfuro que todos los volcanes del
mundo juntos, liberamos más dióxido de carbono del que captura toda la Selva
Amazónica, generamos zonas muertas en los océanos al contaminarlos, zonas
muertas que van a dificultar el movimiento de las corrientes creando zonas
estancadas con aguas muy calientes, lo que llamamos “burbujas”, que a su vez
van a provocar mayor evaporación y que se formen mayores tormentas y ciclos
desequilibrados y extremos de sequía y lluvias torrenciales. El impacto de la
actividad humana afecta negativamente a los ecosistemas y hábitats, a las
formas de vida y subsistencia de los animales y las plantas, a la cadena
trófica, a la propia actividad humana e incluso a su supervivencia, lo cual
incrementará los conflictos sociales a pequeña y gran escala conforme el clima
extremo dificulte la obtención de alimentos y también de agua potable.
¿Seremos
capaces de frenar a tiempo y volvernos una fuerza global beneficiosa para el
planeta y para todas las formas de vida, incluidos nosotros mismos? Está en
nuestras manos.
Fuentes:
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