Publicado por David Arbizu
ANÁLISIS DEL ANTROPOCENO
MEDIANTE UNA ECUACIÓN Y UN VIDEOJUEGO
El Antropoceno es el nombre que se le da a la edad geológica en la que
vivimos actualmente, donde la humanidad está ejerciendo una influencia muy
impactante sobre el medio ambiente y los sistemas que mantienen toda esta
impresionante estructura contenedora y facilitadora de vida que es la biosfera
de la Tierra. Por desgracia, esta influencia poderosa está desequilibrando los
sistemas de la Tierra, los hábitats, los ecosistemas, todos los ciclos que,
conectados entre sí, forman una maquinaria de cuyo engranaje y funcionamiento
depende la vida de todos los seres vivos de este planeta.
Dos investigadores,
Will Steffen, profesor de investigación del clima en la Universidad Nacional de
Australia y Owen Gaffney, un periodista científico y consultor de comunicaciones
en la empresa de investigación para la sostenibilidad “Future Earth”, han
creado lo que se llama la “Ecuación del Antropoceno”. Ellos aseguran que,
debido al crecimiento de la población humana, el consumo y la tecnología, “las
actividades humanas ahora compiten con las grandes fuerzas de la naturaleza en
la generación de cambios en el sistema de la Tierra” y realmente están
alterando el medio ambiente mucho más rápido de lo que lo harían las “circunstancias
normales” de funcionamiento planetario; a esas alteraciones las llaman “tasa de
cambio del sistema de la Tierra”. En la imagen que sigue a continuación observamos,
a la izquierda, la ecuación antes del Antropoceno y, a la derecha, la ecuación
del Antropoceno.
Ambas ecuaciones contienen la división que representa la
“tasa de cambio del sistema de la Tierra”, que sería dE/dt, donde “E”
representa el sistema de la Tierra y “t” el tiempo. Lo que las diferencia es la
“f”, la función que produce ese cambio en el sistema. Antes del Antropoceno,
los sistemas de la Tierra estaban mayormente influidos por fuerzas astronómicas
(A), normalmente relacionadas con la actividad solar, por fuerzas geofísicas
(G), que incluyen la actividad volcánica, los desgastes y erosiones naturales y
el movimiento tectónico y por la dinámica interna (I), que se refiere a la
evolución natural de la actividad biológica que tiene lugar en el planeta. A
partir del Antropoceno, los potentes efectos de la actividad humana (H)
sustituyen a las otras tres fuerzas y los investigadores consideran que su
valor tiende a cero debido a que sus efectos son menores comparados con los que
provoca la humanidad, tanto por su potencial como por su rapidez. Aunque sí que hay que tener en cuenta que esas tres
fuerzas se están desequilibrando debido a la actividad humana y están afectando
el cambio climático, la fórmula quiere mostrar que la influencia decisiva
y todos los efectos surgen desde que empieza el Antropoceno, tal como expresa
Will Steffen: “No estamos diciendo que las fuerzas astronómicas de nuestro
sistema solar o los procesos geológicos hayan desaparecido, pero, en términos
de su impacto en un período tan corto de tiempo, ahora son insignificantes en
comparación con nuestra propia influencia”. Los investigadores utilizaron la
tasa de cambio de la temperatura global durante los últimos 7.000 años para
demostrar que, hasta antes del Antropoceno, cada siglo señala una ligera reducción de la tasa de la temperatura global, pero que a partir de la industrialización esa tasa se revierte y refleja un
aumento muy notable y continuo.
Es realmente sorprendente que la actividad humana
esté deteriorando tan gravemente el planeta y no haya una reacción, un cambio
de proceder incluso para asegurar la propia supervivencia. Sigue habiendo mucha
negación sobre la gravedad del cambio climático, del calentamiento global, del
desajuste de patrones climáticos, algo que, por otro lado, para muchas personas
sí que es evidente y consideran que ya no es posible negarlo, tal como se
representa en la imagen a continuación.
Con esta perspectiva, desde donde se
observa una vez más la polaridad que estamos experimentando, se quería realizar
un estudio para observar el comportamiento humano frente a un mundo colapsando,
llegando a un final. Para ello, bajo la dirección de la Universidad de Buffalo
(EE.UU.) se utilizó un “videojuego de rol multijugador masivo en línea” (MMORPG,
por sus siglas en inglés), el ArcheAge. Este videojuego consiste en un mundo
abierto, sin objetivos y con posibilidades para que el jugador elija crear lo
que quiera, algo que normalmente significa desarrollar cosas egocéntricas y
solo para un propio beneficio. Por ejemplo, uno puede elegir construir un
imperio, crear un gran ejército, tener su fiesta privada, convertirse en un
gran empresario o incluso convertirse en asesino o espía. En general, se
considera que el comportamiento de los jugadores en los juegos online no
difiere mucho del comportamiento que tienen los seres humanos en el mundo real.
Para esta prueba se reestructuró el videojuego con dos diferencias: la primera
era que todos los participantes sabían que todos sus datos se perderían al cabo
de 11 semanas y, la segunda, que todas sus acciones en el juego serían
monitoreadas por los investigadores. La idea era que el final del juego fuera
visto o identificado como el “fin de los tiempos” y que se pudiera analizar el
comportamiento de los participantes bajo estas condiciones. Se analizaron 270
millones de registros de comportamientos de jugadores y, aunque algunos
comportamientos siguieron manteniéndose antisociales, egoicos y agresivos, se observó
que, conforme se llegaba al final del juego, los jugadores perdían su interés
por acabar sus misiones y objetivos y, en cambio, aumentaban las conductas
sociales con más comunicación entre jugadores, más encuentros para agruparse y
jugar en grupo o completar pruebas del propio juego. También es interesante que
muchos jugadores con una conducta más antisocial abandonaron el juego antes de
que finalizara, mientras que los que siguieron hasta el final demostraron una
alegría por la conexión y la comunicación formando nuevas relaciones sociales y
buscando la unidad del grupo frente a la separación del individuo.
Este
estudio, considerado por algunos profesionales como uno de los estudios más
completos sobre la psicología humana de los últimos tiempos, arroja luz sobre
la conducta y el nivel de conciencia que puede alcanzar el ser humano. Algunas
preguntas que entonces nos podemos hacer son: ¿Se alcanzará ese nivel de
conciencia antes de que sea demasiado tarde? ¿Seremos capaces de entender la
unificación frente a la separación? ¿Conseguiremos desarrollar un cambio
positivo para que el Antropoceno pase a ser una era de desarrollo y
reequilibrio de la biosfera, de todas las formas de vida y de la humanidad en
perfecta armonía con el planeta?
En el futuro que vamos a experimentar, más o menos próximo, obtendremos
las respuestas.
Fuentes:
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