Publicado por David Arbizu
ANTÁRTIDA: DEL BLANCO AL VERDE
La Antártida
es el continente más seco, más frío, más remoto, más ventoso, más alto en
cuanto a su altura media, que es de 2600 metros y también, cuando es invierno
en el hemisferio sur, más oscuro del planeta. La Antártida es el continente
helado de la Tierra y a su alrededor, en conexión con el océano Glacial
Antártico, se unifican las aguas de todos los océanos del planeta mostrándose
en su verdadera realidad, como un único gran cuerpo de agua.
La Antártida, con
un 99% de su superficie cubierta por hielo permanente, tiene una gran
influencia sobre el clima de todo el planeta, de manera que lo que sucede en la
Antártida afecta notablemente a sistemas y patrones climáticos que inciden
sobre toda la Tierra. Del mismo modo, cualquier cambio o desajuste climático
también va a repercutir sobre este gran continente y, en este tiempo de
calentamiento global, con temperaturas elevadas tanto del aire como del agua
que afectan a vientos y corrientes marinas, la máxima expresión del cambio
climático que se observa en la Antártida, al igual que en el Ártico, es el
deshielo a gran escala.
Imagen de la Antártida y las zonas rojas como principales
puntos de deshielo
En la imagen superior aparecen en color rojo las
principales zonas de deshielo, que principalmente se encuentran junto al
océano, aunque también se ha detectado en zonas más internas y más elevadas.
La mayoría de estas zonas que forman la línea costera son “plataformas de
hielo”, que son enormes capas o masas de hielo flotante que se forman al
extenderse lentamente sobre el océano desde el extremo de un glaciar. Durante
los últimos meses se ha observado un alarmante incremento del deshielo, tanto
en las plataformas como en los propios glaciares, donde se han llegado a formar
ríos que llegan al océano, pequeños lagos superficiales pero también
subterráneos y grandes grietas. Aunque los científicos explican que muchos ríos
y lagos han existido desde hace décadas y que aumentan su caudal y su
superficie cada verano, ahora son más grandes debido a una mayor tasa de
deshielo.
Gran zona agrietada. Formación de un río y una
cascada fruto del deshielo
La zona donde hay mayor deshielo es la Antártida Occidental, donde se
encuentra la Península Antártica, una zona donde se hacen muchos estudios científicos
y que es la parte más cercana a otro continente, está a 1100 km de Tierra del
Fuego, en Sudamérica. En esta península se encuentra la plataforma Larsen C,
que hace más de dos años que es noticia debido a la aparición y expansión de
una gran grieta, que ahora llega a los 200 km de longitud y que cuando llegue
al otro extremo de la plataforma, un punto que ahora solo está a 13 km de distancia,
va a generar uno de los mayores icebergs jamás registrados, con una superficie
de unos 5000 km² (para hacerse una idea del tamaño, la isla de Mallorca
tiene 3640 km²). Aparte de los efectos de ese iceberg fundiéndose en las aguas
del océano, lo más preocupante es que la desaparición de gran parte de
la plataforma Larsen C podría afectar al vecino glaciar Thwaites, el cual
podría llegar a desestabilizar la mayor parte de la Antártida Occidental.
Aunque
las noticias sobre la grieta de la plataforma Larsen C son muy impactantes, está observándose otra situación que
también es preocupante que es el aumento de la vida vegetal y microbiana conforme
van quedando porciones de tierra libres de hielo cada vez más grandes. Muchas
de estas superficies libres de hielo están cubiertas de musgo, aunque también
se conocen dos especies de plantas con flores. Se ha constatado que, junto al
deshielo, la actividad biológica del musgo se ha acelerado en respuesta al
aumento de las temperaturas, pero también se va a beneficiar y acelerar gracias
a otros cambios observados en los vientos y a una mayor posibilidad de
precipitaciones y humedad. Este aumento de la actividad biológica demuestra que
los ecosistemas se irán alterando con rapidez y también se irá expandiendo una
nueva estructura biológica, nuevos hábitats. Así que no hay duda de que el
verde irá ganando terreno al blanco, aunque de momento sea en la Península
Antártica, pero si se mantienen las altas temperaturas veremos cómo irán
apareciendo puntos verdes rodeados del blanco de un hielo debilitado y
agrietado.
Zonas cubiertas de musgo en la Península Antártica
Sin la capa de hielo y con una vegetación creciendo con fuerza, es
lógico pensar que la vida animal tendrá que irse adaptando o desplazarse hacia
lugares más adecuados, pero lo que es más preocupante de este cambio es que
proporciona unas condiciones de vida que pueden permitir la llegada de especies
invasoras. En este sentido, en la Península Antártica ya se han observado
moscas domésticas, una especie invasora que ha llegado a través de los barcos y
que ha conseguido sobrevivir gracias al aumento de las temperaturas y al
incremento de las zonas verdes. Las especies invasoras, como la mosca
doméstica, llevan consigo patógenos que podrían causar efectos devastadores
sobre las especies autóctonas y alterar todo el ecosistema y la cadena
alimenticia.
Pero por desgracia, como siempre, la peor especie invasora es el
ser humano. Cada vez llegan más expediciones científicas y, lo que es peor,
cada vez llegan más turistas. Entre 2015 y 2016, visitaron la Antártida más de
38 000 turistas y para esta temporada se espera alcanzar la cifra de 43 000
turistas. Por muy cuidadosos y respetuosos que puedan ser esos turistas, es muy
difícil controlar que no lleven semillas o larvas de insectos enganchados en
sus zapatos, en sus bolsas, en sus abrigos, de manera que se convierten en
grandes contaminadores para uno de los lugares menos agredidos e invadidos del
planeta. A todo esto hay que añadir que aumenta el número de embarcaciones que
llegan al continente, embarcaciones que pueden transportar, tanto en su casco
como en su interior, especies de todo tipo que pueden llegar a ser muy
agresivas y que van a encontrar una situación cada vez más favorable para poder
vivir y desarrollarse.
Esta contaminación realizada por los desplazamientos
del ser humano es algo que ya ha sucedido en gran parte del planeta, pero
parecía difícil de que llegara a la Antártida. Sin embargo, todo el cambio
climático que se está experimentando en el planeta favorece el acceso a zonas
anteriormente consideradas inaccesibles e inexpugnables. A nivel planetario, lo
que estamos observando es una expansión del ecuador y los climas tropicales
hacia los polos del planeta y esto significa mayor desertización de zonas
tropicales y sub-tropicales, mientras que las altas temperaturas que se
registran en los polos conllevan el deshielo y la aparición y aumento de
vegetación. Podríamos decir que en una zona que abarca el ecuador, los trópicos
y un área cada vez más amplia a su alrededor se está pasando del verde al
marrón y que en los polos, sobre todo en la Antártida debido a que es un
continente, se está pasando del blanco al verde. Y todo ello mientras nos
encaminamos hacia una mini-edad de hielo, algo que parece inconcebible al
observar todos estos cambios que responden al calentamiento global y mientras
estamos experimentando unas intensas olas de calor en la primavera-verano del
hemisferio norte de la Tierra.
Fuentes:
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