Redactado y publicado por David Arbizu
SEQUÍA GLOBAL Y ESCASEZ DE AGUA
Una de las formas con que la crisis planetaria y
climática nos muestra su polaridad extrema es a través de los recursos hídricos
y todos los patrones climáticos relacionados con el ciclo del agua, donde no
solo interviene la formación de nubes y la caída de precipitaciones sino cómo
el agua es absorbida y aprovechada por el suelo, si llega correctamente a los
acuíferos pasando por todas las zonas donde debe interactuar con la vegetación
y las capas del suelo, si llega a los arroyos y ríos y también a mares y
océanos y se generan las evaporaciones correctas hacia la atmósfera,
completando un ciclo básico donde existen muchas interacciones que son parte
del programa que sostiene saludablemente las condiciones de la Tierra para que
exista la biosfera y la biodiversidad.
Desgraciadamente, el desequilibrio de
los patrones climáticos nos muestra cómo las precipitaciones son cada vez más
intensas, torrenciales, y cómo provocan inundaciones debido a la enorme
cantidad de agua que puede caer en muy poco tiempo y también al deterioro de la
tierra, del suelo, de un suelo en muchas ocasiones urbanizado, cubierto con
asfalto, siendo asfixiado y deteriorado. La escasez de agua afecta
aproximadamente al 40% de la población mundial, y según predicciones de
Naciones Unidas y del Banco Mundial, para el año 2030 la sequía podría poner a
700 millones de personas en riesgo de desplazarse. Así que cada vez se observan
más zonas del planeta donde hay sequía, donde después llegan grandes tormentas
que incluso provocan inundaciones y donde al cabo de un tiempo vuelve el patrón
de sequía, con el suelo y la vegetación seca, siendo difícil de comprender cómo
se puede haber perdido la gran cantidad de agua aportada por las lluvias.
España
es un claro ejemplo de ello. Los últimos datos, a 19 de octubre de 2021,
señalan que la reserva hídrica del país, que se refiere a la cantidad de agua
embalsada, está al 39,2% de su capacidad. Este porcentaje lleva meses en
continuo descenso, a pesar de las tormentas y DANAS recibidas con fuertes
precipitaciones, a pesar de que se acaba de cerrar el año hidrológico, que abarca desde el 1 de octubre al 30 de
septiembre, con un 5% de precipitaciones menos sobre el promedio de los
registros, algo que no representa un descenso muy excesivo pero sí que
demuestra la falta de absorción y aprovechamiento de las lluvias recibidas. Algunas
zonas del sur del país están en situaciones que empiezan a ser alarmantes. Por
ejemplo, los embalses del río Guadalquivir comienzan el siguiente año
hidrológico con un 20% menos de agua respecto a la media de la década, y la
situación ha provocado la declaración de emergencia y posiblemente el próximo 2
de noviembre se activará el protocolo de sequía.
Es muy importante ser
conscientes de que los elementos están interconectados, de manera que el
déficit o el exceso hidrológico no se puede analizar solo observando el ciclo
del agua sino que hay que ver el estado de la tierra que interactúa con ese
ciclo, y por lo tanto el estado de la vegetación y de la vida que regula la
salud del suelo y del subsuelo, el estado del elemento fuego como calor que va a
provocar mayor evaporación en zonas concretas, que va a provocar burbujas de
aguas superficiales inusualmente calientes en los océanos, así como el mayor o
menor impacto de los rayos solares dependiendo de su fuerza. Y también hay que
comprender que la atmósfera es un sistema, que el hecho de que sea aire, que
parece intangible, incoloro, no significa que no tenga una actividad completa
que también depende de la expresión de los otros elementos, ya que contiene
ríos atmosféricos que pueden llegar a ser más caudalosos que el Amazonas,
corrientes del elemento tierra en forma de tormentas de polvo que pueden ser
básicas como nutrientes que llegan a ecosistemas, y también lenguas de calor o
de frío que permiten que haya inversiones térmicas que pueden ser necesarias
para aclimatar y reequilibrar valles, donde pueden discurrir ríos o haber
lagos, o zonas altas de montañas donde la humedad se filtre adecuadamente o se
evapore en caso de un exceso.
Pero existe un factor desequilibrante sobre todos
los sistemas, todos los patrones y todos los elementos, y este factor se llama
ser humano. Muchas sequías están provocadas por el hombre, por el abuso sobre
cuerpos de agua y acuíferos, con el establecimiento de enormes extensiones
destinadas a la agricultura de regadío en zonas donde siempre había sido de
secano. Las sequías también son impulsadas por la deforestación, por todas las
presas que cortan el flujo de los ríos, por la contaminación, por los grandes
polígonos industriales y empresas que utilizan el agua en sus procesos de
fabricación y todas las grandes urbes con un crecimiento demográfico por encima
de sus posibilidades para atender a la población.
Voy a exponer brevemente
algunos casos destacados de sequías extremas y escasez de agua:
- La imagen superior
corresponde al lago Tuz, en Turquía. Durante los últimos 50 años, se han secado
el 60% de los 300 lagos naturales de Turquía. La reducción de las
precipitaciones, el aumento de las temperaturas, la mala gestión de las tierras
públicas y las malas prácticas agrícolas han provocado que los niveles del
agua, incluso en el segundo lago más grande de Oriente Medio, el lago Van,
retrocedan hasta 200 metros. Esta situación está siendo devastadora para las
aves y otros animales salvajes. Se calcula que el pasado mes de julio murieron
entre 3.000 y 5.000 flamencos. También se ha registrado una muerte masiva de
gaviotas y aves de rapiña porque se han visto obligadas a comer aves y animales
que normalmente no están en su dieta, como los cuervos, que a veces son
portadores de enfermedades mortales para estas especies. Turquía es un
verdadero ejemplo de descontrol sobre la gestión del agua, con agricultores y
ganaderos explotando en exceso acuíferos y pozos y desviando todo tipo de
fuentes de agua. Junto a la sequía se añade una enorme contaminación de la
tierra y del agua, ya que muchos países europeos exportan a Turquía sus
desechos plásticos para su reciclaje, pero la gran mayoría de estos desechos
terminan siendo arrojados, abandonados o quemados de forma ilegal. Por
desgracia, este patrón podemos imaginar que sucede en muchas partes del mundo y
especialmente entre países ricos y pobres.
- Otro país con una parte importante
sufriendo un sequía severa es Estados Unidos. Todo el oeste siempre está
marcado por un patrón de sequía como parte de su naturaleza, pero también es
una zona donde llegan ríos atmosféricos desde el Pacífico y se han formado
ecosistemas equilibrados. Pero el hombre ha creado verdaderas locuras con
urbanizaciones en desiertos que ha querido transformar en zonas verdes, con
cultivos de regadío y grandes urbanizaciones con piscinas y césped. La
situación de muchos lagos y ríos del país, como el río Colorado, es
extremadamente alarmante.
- La imagen superior corresponde a canales que llegan
al río Paraguay, en Bolivia. Estos canales eran navegables y enlazaban con el
río Paraná a través del río Paraguay, que es el afluente principal del Paraná. El Paraná es el segundo río más largo de Sudamérica después del Amazonas y es vital
para la población, la economía y el medio ambiente de los tres países que
atraviesa: Argentina, Paraguay y Brasil. En general, la sequía afecta al sur de
Sudamérica y a todos sus ríos, y también está relacionada con la deforestación,
los incendios provocados y todas las actividades humanas que ya he nombrado.
Pero hay que comprender que no solo son los efectos de las acciones realizadas
en estos lugares, sino que, por ejemplo, la deforestación y los incendios en la
Amazonia alteran los flujos de humedad que normalmente descienden hacia estas
zonas del sur.
- Irak también afronta graves sequías, con embalses en niveles
muy bajos o prácticamente secos. El ejemplo de Irak sirve para hacer referencia
a la grave situación por la que pasan Siria, Irán e Irak. Estos países habían
tenido amplias zonas de gran florecimiento demográfico y cultural, en parte
gracias a los poderosos ríos Tigris y Éufrates, pero la falta de conciencia ha
destruido los ecosistemas y la salud de los ríos con vertidos de aguas
residuales y todo tipo de residuos, provocando que en muchos lugares ahora no
haya acceso a agua potable. Además, los conflictos entre estos países, tanto
por razones económicas como religiosas, han provocado, por ejemplo, que Turquía
haya construido grandes presas que merman el cauce y el avance saludable de
estos ríos hacia los otros países.
- La sequía también llega a países como
Canadá, donde el flujo del río Terranova está un 70% por debajo del promedio. En
esta región muchos ríos están bajo mínimos. El cambio climático ha provocado un
descenso de las acumulaciones de nieve y, por lo tanto, una disminución del
agua fruto del deshielo que alimenta a estos ríos y un aumento de las
temperaturas. Los ecosistemas están muy afectados, y especialmente los peces,
destacando los salmones, ya que les es casi imposible avanzar río arriba para
desovar. Esta falta de cauce provoca una disminución de los insectos acuáticos,
que son importantes para las plantas acuáticas y también como alimento de
muchos peces.
- Chile es uno de los países que actualmente están padeciendo una
sequía extrema y prolongada. Se ha observado cómo un fenómeno llamado la Mancha
del Sur, que es una enorme área de agua cálida situada en el sur del Pacífico,
al este de Nueva Zelanda, es en parte responsable de la sequía extrema de
Chile, ya que está impulsando condiciones cálidas y secas que están provocando
el derretimiento de las capas de nieve de los Andes y que se estén secando
lagunas y embalses devastando la salud del suelo, de toda la vegetación y otras
formas de vida. Desde hace años, hasta 400.000 personas que habitan en zonas
rurales de Chile reciben el agua desde camiones cisterna, pero ahora las
condiciones se están extendiendo e incluso afectando a la ciudad de Santiago de
Chile, donde se depuran las aguas residuales de la región metropolitana y se
devuelven a sus cauces naturales para poder volver a utilizarlas como agua
potable.
Las imágenes superiores corresponden a África, donde la sequía afecta
terriblemente muchas zonas. De hecho, en África más de 2.000 millones de
personas viven en países con estrés hídrico y carecen de acceso a agua potable
y saneamiento. La imagen superior corresponde a Angola y representa a otros
países del sur de África como Zambia y Zimbabue, con niveles de sequía que están forzando que las personas abandonen sus hogares y se dirijan a zonas donde
poder sobrevivir. En muchas zonas las personas tienen que caminar hasta 4 horas
para llegar al punto de agua más cercano, a menudo solo para encontrar agua sucia
de la que beben todos los animales. Además, algunas migraciones afectan la estabilidad
de otros países. Por ejemplo, se calcula que solo en el sur de Angola ya hay
2,3 millones de personas con inseguridad alimentaria por culpa de la sequía, y muchas
personas pasan de Angola a Namibia, desde donde ya han advertido que no van a
ser capaces de acoger a más migrantes porque se están sobrecargando sus
instalaciones públicas, en especial las de salud, y se está generando un
problema de exceso de población incluso para el equilibrio de sus recursos
hídricos.
La imagen inferior sirve para hacer referencia a los países del
Cuerno de África y también Madagascar. Algunos países principales son Kenia,
Somalia y Etiopía, y atraviesan sequías severas a las que se unen plagas de
langostas después de temporadas de lluvias que deberían aliviar la situación y
favorecer las cosechas. También la isla de Madagascar sufre una sequía extrema
con más de 1.100.000 personas padeciendo inseguridad alimentaria y muchas
enfermedades y muertes relacionadas con el consumo de agua no potable. Se ha
comprobado que para sobrevivir las familias están comiendo tamarindo mezclado
con arcilla, y hay zonas donde la tasa de desnutrición es del 27% de la
población.
Es necesario observar la situación de sequía y escasez de agua desde
una perspectiva global. Hace pocos días que se anunciaba la formación de otro
fenómeno de La Niña, que puede agravar la sequía en muchas zonas afectadas. Normalmente
La Niña provoca falta de precipitaciones en el sur de Estados Unidos y gran
parte de México, pero también en muchas zonas del oeste de Sudamérica y de los
países del Cuerno de África. Por otro lado, como los vientos se llevan las cálidas aguas superficiales del centro del Pacífico hacia el oeste, hacia Filipinas, en
toda esa zona aumentan las tormentas y precipitaciones. Pero con la crisis
climática actual estos patrones ya no son tan estrictos y hay que contar con
todo el efecto del jet stream del Ártico e incluso del jet stream que circula alrededor
de la Antártida.
Relacionado con el déficit hídrico se encuentra el concepto de
Día Cero. El Día Cero es el día en que un territorio o una gran ciudad se ven
obligados a cerrar sus grifos a la población por falta de agua potable. En el
año 2019, Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, estuvo a punto de convertirse en la
primera urbe en alcanzar ese célebre día cero, pero los racionamientos, los
cortes de suministro y un estricto modelo de ahorro impuestos por las
autoridades consiguieron evitarlo en el último momento. Otra ciudad con un gran
peligro de aproximarse al Día Cero es la Ciudad de México. Muchas áreas y
ciudades de muchos países, como Roma en Italia, ya han visto aplicar y aumentar
días de racionamiento y corte de suministro.
La imagen superior hace referencia a los conflictos por el agua. En muchos casos la escasez y los conflictos fuerzan
que los refugiados climáticos tengan que abandonar sus hogares. Actualmente hay
más refugiados por cuestiones relacionadas con el medio ambiente que por
guerras y conflictos armados. Está comprobado que hasta ahora la mayoría de los
conflictos, incluso algunas guerras civiles, están relacionados con la
agricultura, pero irán aumentando conforme las personas se queden sin acceso al
agua potable.
Algunos expertos califican los conflictos por el agua
dividiéndolos en tres grupos o formas. El primero hace referencia a los
conflictos entre animales, cuando la falta de agua provoca la aglomeración de
diversas especies para beber de un mismo lugar donde además no hay para todos.
El segundo hace referencia a los conflictos entre humanos y animales, cuando la
falta de agua provoca que el ser humano quiera echar como sea a los animales
que están bebiendo el recurso tan escaso. Un ejemplo de estos dos conflictos lo
encontramos en Australia, cuando el año pasado se sacrificaron miles de
camellos debido a que estaban dañando infraestructuras y aproximándose a zonas
urbanas, incluso buscando el agua de los aires acondicionados, debido a que se
morían de sed. Además, se peleaban entre ellos por el agua, enfermaban y
provocaban contaminaciones de las pocas fuentes de agua activas. Este conflicto
también muestra todos los perjuicios de las especies invasoras, ya que los
camellos no son originarios de Australia sino que fueron traídos por
colonizadores británicos en el siglo XIX.
El tercer tipo de conflicto es entre
personas, pueblos o naciones. Aquí destaca la utilización de los grandes ríos
dependiendo de la zona en la que cada país esté situado. Por ejemplo, China
genera conflictos con India y Pakistán al hacer cualquier restricción sobre los
ríos Ganges e Indo, que nacen en el Tíbet y son básicos para esos países. Ya he
hablado antes de los conflictos de Turquía con Siria, Irán e Irak. Israel
también corta los suministros de agua de Palestina. Y quizás el conflicto que
ha estado y sigue estando más cerca de provocar una guerra es el de Etiopía con
Sudán y Egipto, ya que Etiopía está construyendo una gran presa en el río Nilo
Azul que ya está afectando su cauce y ha provocado que Egipto y Sudán hayan
hecho ejercicios de guerra cerca de la frontera con Etiopía y se hayan
autoproclamado “guardianes del Nilo”.
La imagen superior muestra un dispositivo
para extraer agua de la humedad de la atmósfera como un ejemplo de tecnología aplicada
por el hombre. Pero en un momento de severa crisis planetaria y desequilibrios
climáticos globales se tendría que comprender que esa extracción va a tener
unas consecuencias seguramente negativas, va a crear desajustes, al igual que
lo hacen las presas de los ríos, las desalinizadoras y especialmente toda la
geoingeniería con la siembra de nubes, que para mí puede estar siendo uno de
los efectos más negativos que esté provocando las sequías y también las enormes
y devastadoras tormentas, porque no es posible pensar que favorecer la
formación artificial de nubes para que llueva sobre una zona no va a afectar a
los patrones atmosféricos y al ciclo del agua del planeta, por algo afirmamos
que Todo Está Conectado.
Fuentes:
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