domingo, 14 de noviembre de 2021

LOS ARRECIFES DE CORAL

Redactado y publicado por David Arbizu



En el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos para el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), publicado el 9 de agosto, se nombraban nueve zonas o sistemas cuya degradación implica alcanzar puntos de inflexión muy graves y con consecuencias locales y planetarias, y uno de los sistemas señalados son los arrecifes de coral.


Los corales son animales coloniales, son pólipos pequeños que se agrupan formando estructuras biológicas rígidas al absorber el carbonato de calcio del agua de mar, generando un exoesqueleto producto de la calcificación. Los corales necesitan la capa externa dura para sobrevivir. Aunque pueden atrapar plancton y pequeños peces ayudados por las células urticantes de sus tentáculos, la mayoría de los corales obtienen la mayor parte de sus nutrientes de las algas unicelulares fotosintéticas, denominadas zooxantelas, que viven dentro del tejido del coral y son las que provocan que sean tan brillantes y coloridos. El tipo de coral más conocido, que forma arrecifes, necesita luz solar y crece en agua clara y poco profunda, normalmente a profundidades menores de 60 metros.

Las estructuras que crean los corales son la base de los ecosistemas marinos, se considera que sostienen más del 25% de la vida marina. Muchas plantas, crustáceos y peces pequeños viven permanentemente en los arrecifes de coral, pero también peces más grandes los utilizan para cazar e incluso para criar. Por ejemplo, en la Gran Barrera de Coral de Australia, que ocupa 348.000 kilómetros cuadrados y 2.300 kilómetros de longitud, se encuentran más de 1.500 especies de peces, unas 400 especies de corales y 4.000 especies de moluscos, además de una gran diversidad de esponjas, anémonas, gusanos marinos, crustáceos y otras especies. Y junto a todas estas especies marinas, la supervivencia y formas de vida de unas 240 especies de aves están directamente relacionadas con este gran arrecife.

Los arrecifes de coral forman parte de los ecosistemas costeros, de la zona de transición entre el mar y la tierra. Junto a los arrecifes de coral, y conforme se acerca la costa, se pueden encontrar manglares y praderas submarinas. Los arrecifes de coral forman una barrera que protege del fuerte oleaje a las praderas submarinas y a los manglares y, al mismo tiempo, los manglares y praderas protegen a los arrecifes contra la sedimentación. Ahora todas estas estructuras están siendo muy valoradas al reconocerlas como guardianes de la biodiversidad y sumideros de carbono muy eficientes. Incluso hay estimaciones que señalan que los arrecifes de coral aportan el 80% del oxígeno del mundo. También son importantes sistemas de protección y defensa de las costas tanto por la posible llegada de marejadas ciclónicas, generadas por la llegada de tormentas o huracanes, como por la subida del nivel del mar e incluso la formación de tsunamis provocados por movimientos sísmicos o actividades volcánicas submarinas.

Los arrecifes de coral más conocidos son la Gran Barrera de Coral, considerada la especie viviente más grande de la Tierra con sus 2.300 kilómetros de longitud y compuesta por miles de arrecifes. El segundo arrecife coralino más grande del mundo es el Arrecife Mesoamericano, que se encuentra en el mar Caribe y se extiende por más de 700 km, desde zonas costeras de México, pasando por Belice, Guatemala y Honduras. El tercer arrecife de coral más grande del mundo es el Arrecife de Florida, en Estados Unidos. Otro lugar importante es la isla Lord Howe, situada en el sur del océano Pacífico, donde hay una cadena de montes submarinos cubiertos por más de 80 especies distintas de coral. También es importante el Arrecife Shiraho en Japón, formado con corales de color azul, donde se encuentran más de 70 tipos de corales, y se considera la formación coralina más antigua y grande del hemisferio norte. Otros arrecifes muy valiosos del planeta se encuentran en Hawái, el mar Rojo, la Polinesia Francesa y las islas Bermudas.

Si hablamos de los arrecifes de coral como zona de gran biodiversidad y acumulación de formas de vida, también es lógico que sean muy importantes para el ser humano como fuente de alimentación, además de toda su función protectora de las costas. Por desgracia, el cambio climático provocado por el ser humano provoca la acidificación de los océanos y, consecuentemente, la reducción de iones de carbonato en el agua y una mayor dificultad de realizar el proceso de calcificación que necesitan los corales. También el aumento constante de la temperatura del agua, con eventos de olas de calor marinas, provoca que los corales se estresen y expulsen a las algas. Este fenómeno se conoce como blanqueamiento del coral y, una vez que sucede, si las temperaturas del agua siguen elevadas, el coral no permite que regresen las algas y acaba muriendo y provocando desequilibrios y dificultades de supervivencia para muchos otros seres.


Blanqueamiento de corales


Un estudio actual señala que el 98% de los corales de la Gran Barrera de Coral de Australia han sufrido alguna vez algún episodio de blanqueamiento, principalmente debido a las olas de calor. Por desgracia, cuando esto sucede es muy difícil que haya una buena recuperación.  También existen informes del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente que indican que, en un escenario de altas emisiones, para el año 2034 habrá un 100% de posibilidades de que se den condiciones de blanqueamiento severas anuales y que, en el mejor de los casos, si se redujeran las emisiones y teniendo en cuenta las dificultades de recuperación de los corales, los episodios de blanqueamiento severo comenzarían 11 años después, aproximadamente en el año 2045. Estos datos señalan la década de los años 40 como el punto donde se llegará a una gran mortandad de los corales.

Otros estudios indican que los arrecifes de coral alcanzarán un punto de inflexión en el año 2054, que a partir de ese momento los corales dejarán de crecer por completo y sus estructuras de carbonato de calcio comenzarán a disolverse en el océano, porque en lugar de absorber el carbonato de calcio, los esqueletos lo liberarán de vuelta al agua y esto provocará la disolución del coral. De hecho, esto ya ha empezado a suceder en una parte del Arrecife de Florida, en Estados Unidos.

Así que todo lo que implica la crisis climática, donde encontramos la huella del Antropoceno con las contaminaciones, la construcción y urbanización de las costas, la pesca de arrastre y, en este caso, también el exterminio del coral para el comercio internacional de la joyería realizada con coral, está provocando la extinción de los corales y sus arrecifes a nivel mundial. Y recordando lo que expliqué el día que trabajamos sobre la contaminación acústica y lumínica, a todos estos efectos perjudiciales provocados por el ser humano podemos añadir la contaminación acústica, que provoca trastornos de comportamiento en los seres que habitan los arrecifes, que impide que el sonido que hacen esos ecosistemas pueda ser escuchado por especies que necesitan llegar hasta ellos y cuya presencia o paso también beneficia la estabilidad del arrecife. También quiero mencionar el turismo, con todas las excursiones en embarcaciones que contaminan los ecosistemas, con toda la enorme cantidad de buzos invadiendo zonas donde el ser humano no debería estar nunca, bajo ninguna circunstancia, porque su mera presencia es signo de trastorno, desequilibrio, abuso y degradación.

Cultivo de coral submarino

En varias zonas del planeta con arrecifes de coral hace bastantes años que se empezaron a poner en marcha proyectos para preservar los corales e intentar cultivarlos para impulsar la recuperación de zonas devastadas. Estos cultivos normalmente se basan en cortar trozos de coral existentes para cultivarlos en un vivero submarino. Después de un tiempo, cuando alcanza un tamaño adecuado, los corales cultivados se unen a zonas que antes estaban vivas para que pueda haber una nueva colonización.

Otros cultivos se están realizando en cautividad, especialmente para satisfacer la demanda de los aficionados a la acuariofilia. Algunas instalaciones trabajan con agua marina y se iluminan con medios naturales, y lo que se hace es utilizar esquejes de coral colocándolos en bases artificiales donde empiezan a crecer. Por otro lado, existen instalaciones cerradas de cría de coral en países como Alemania, Estados Unidos, Holanda e Inglaterra, donde el agua y la sal no son naturales, ni tampoco la iluminación, y su producción se vende a empresas y particulares.

Unidades de siembra de corales

Existe una organización llamada Secore dedicada a la restauración de los arrecifes de coral utilizando sus procesos naturales reproductivos. Sus equipos recolectan huevos y esperma que algunas especies de coral liberan de forma natural para fertilizarlos y criarlos después en tanques, hasta que se convierten en larvas y nadan libremente. A continuación las larvas se disponen en “unidades de siembra”, que son una imitación realizada en impresión de 3D de los lugares del arrecife donde se fijarían de forma natural. Cuando las larvas están asentadas, las unidades de siembra son trasplantadas a las zonas del arrecife que requieren restauración.

Esperemos que todas las acciones sirvan para que el ser humano comprenda la importancia de estos ecosistemas marinos imprescindibles. Finalizo con las palabras del profesor Kent Carpenter, de la universidad Old Dominion de Virginia, Estados Unidos, que es director de un censo mundial de especies marinas y declaró: “Se podría decir que el colapso completo del ecosistema marino sería una se las consecuencias de la pérdida de los corales”, y añadió: “Con la pérdida de los corales se verá un efecto en cascada tremendo para toda la vida en los océanos”.







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